Mourinho sigue empeñado en ver a los periodistas como sus principales y más radicales enemigos, y se equivoca porque ya a estas alturas de la película, después de temporada y media entre nosotros, a nadie puede engañar con su estrategia de arremeter contra la ‘canallesca’, algo que no conviene a la imagen del Madrid, ni tampoco a la suya. Porque ya ha tenido tiempo más que suficiente para entender que su principal y único enemigo no es otro que el Barcelona de Pep Guardiola.
El Madrid recibe a su clásico rival tras ganar 22 de sus 23 últimos partidos en todas las competiciones. Esta racha se vio truncada sólo por la derrota 1-3 ante el Barça en el Bernabéu en la primera vuelta de la Liga hace seis semanas. Cuatro derrotas y tres empates en cuatro competiciones completan el resto de sus duelos, pero el entrenador portugués llega al partido de esta noche con la ventaja moral de liderar el torneo liguero – su prioridad esta temporada-- con una ventaja de cinco puntos sobre el conjunto azulgrana. Pero también habrá que esperar para ver cómo la fuerza psicológica de los clásicos podría jugar un gran papel en la temporada de los dos clubes. El que caiga saldrá trasquilado.
Por si fuerana pocas las preocupaciones que tiene Mourinho, además de tener que lidiar con los periodistas y tener que buscarle sustitutos a Arbeloa y Khedira, le atormenta hasta ponerle al borde de un ataque de nervios la más que presumible ausencia de Di María. El Fideo, aunque estará entre los convocados, todavía no está en condiciones para poder afrontar un choque de tanta magnitud. Una casi segura baja que, naturalmente, es un alivio para Guardiola si sigue pensando valientemente con alinear la fórmula que tan buenos resultados le ha dado de una defensa de tres. Sin el argentino el Madrid pierde desborde por las bandas y el Barça más tranquilidad, aunque no parece que para el Bernabéu corra ese riesgo Guardiola forme con cuatro zagueros (Alves, Piqué, Puyol y Abidal) resguardando el portal del discutido por los aficionados culés, Pinto. Y potenciará el centro del campo con Cesc, junto a Busquets, Xavi e Iniesta. Delante estarán Alexis Sánchez y, por supuesto, Messi.